Introducción
¿El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres dioses? ¿O es uno solo?
"Muchos han sido confundidos por la doctrina de la Trinidad, que enseña que Dios está dividido en tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta idea fue desarrollada siglos después de los apóstoles, especialmente en el Concilio de Nicea en el año trescientos veinticinco y el de Constantinopla en el año trescientos ochenta y uno. Sin embargo, esta doctrina no se encuentra en el Tanaj ni en el Nuevo Testamento original. La Escritura es clara: Dios es Uno. Como dice el Shema, “Adonai nuestro Dios, Adonai uno es”, en (Deuteronomio 6:4). El Padre es el único Dios eterno, invisible, que nadie ha visto jamás, como enseña (1Timoteo 6:16). Pero desde el principio, Dios se manifestó a través de su Hijo, quien es su imagen visible, como dice (Colosenses 1:15). Fue el Hijo quien dio a conocer al Padre, según (Juan 1:18), y por medio de Él fueron creadas todas las cosas, como dice (Juan 1:3)."
"No es otro dios, ni una parte de Dios, sino su Palabra viva, su expresión visible. Cuando Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen”, hablaba con su Palabra, con su Hijo. Nosotros fuimos creados conforme a la imagen del Hijo, quien es la imagen del Padre. El Hijo es quien vino en carne como Yeshua el Mesías. No fue el Padre quien murió en la cruz, sino el Hijo, el siervo obediente. Yeshua dijo claramente: “Yo no he venido por mi propia cuenta”, “el Padre me envió”, “yo hablo lo que Él me enseñó”. En el huerto, Yeshua no oró a otro igual a Él, sino al único que lo podía librar: el Padre. Como dice (Hebreos 5:7), “con gran clamor y lágrimas, ofreció ruegos al que lo podía librar de la muerte”. Y fue obediente hasta la muerte, no por ser otro Dios, sino el Hijo que cumple la voluntad del Padre. Si fueran dos Dioses, no habría necesidad de súplica. Pero Yeshua, siendo Hijo, aprendió obediencia, (Hebreos 5:8). Por eso Dios lo exaltó, (Filipenses 2:9)."
"En cuanto al Espíritu Santo, no es una tercera persona divina separada. Es el mismo Espíritu del Eterno. David dijo en el (Salmo 51:11): “No quites de mí tu Espíritu Santo”. Sansón clamaba por ese mismo Espíritu. (Isaías 63:10) habla del Espíritu de Dios entristecido. En (Juan 14:26), Yeshua dice que el Padre enviará el Consolador. No es otro ser, es el mismo Dios obrando en su Espíritu. Como David escribió en el (Salmo 139:7): “¿Adónde huiré de tu Espíritu?” El Espíritu Santo no actúa por su cuenta. Es el poder, la santidad, la vida activa de Dios mismo habitando en nosotros. No se gobierna solo ni es otro Dios. Por eso, no hay tres dioses. Hay un solo Dios que se ha manifestado en su Hijo y que actúa por su Espíritu. El Hijo es la imagen, el mensajero, el redentor. El Espíritu es el poder del Eterno en acción. Y el Padre es la fuente de todo, el que será “todo en todos” cuando el Hijo entregue el Reino cumplido, (1Corintios 15:28). Esta es la unidad verdadera de Dios según las Escrituras: un solo Elohim y un solo propósito eterno revelado en Yeshua el Mesías."
¿El ser humano ha intentado ponerle un nombre a Dios?
"A lo largo de los siglos, el ser humano ha intentado ponerle un nombre a Dios. Algunos lo llaman Jehová, otros Yahweh, otros usan títulos como El Shaddai, Elohim, Adonai, o Hashem, que simplemente significa “el Nombre”. Pero lo cierto es que el Eterno no reveló su nombre como un sonido para ser repetido, sino como una identidad divina que va más allá de las letras. (Éxodo 3:14), cuando Moisés habló con Dios en la zarza ardiente, le preguntó: “¿Cuál es tu nombre?”, y la respuesta fue: “Ehyeh Asher Ehyeh”, que significa “Yo soy el que soy” o “Seré el que seré”. No le dio un nombre como los humanos lo entienden, sino una declaración de existencia eterna. Moisés, aunque habló con Dios “cara a cara”, no recibió una palabra exacta para llamar a Dios por un nombre personal, sino que simplemente lo identificó como el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. El llamado “nombre Jehová” surgió mucho más tarde, cuando los escribas medievales tomaron las cuatro letras del Tetragrámaton (Yod Hei Vav Hei) y le insertaron las vocales de Adonai, como una guía para no pronunciar el nombre real. El resultado fue el nombre híbrido “Jehová”, que nunca existió en la época bíblica."
"Yahweh es un intento más cercano, pero sigue siendo una reconstrucción humana. Incluso los sabios judíos nunca se atrevieron a vocalizar el Nombre sagrado, por eso en la lectura pública decían Adonai, o simplemente HaShem. Pero la revelación verdadera del carácter de Dios no vino a través de Moisés, ni por los profetas, sino por su Hijo. (Juan 1:18): “A Dios nadie lo ha visto jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” Yeshua no vino a enseñar cómo pronunciar el Nombre divino, vino a revelar quién es Él: El Padre. Por eso, cuando enseñó a orar, no dijo “Jehová nuestro” ni “Yahweh nuestro”. Dijo: “Padre nuestro que estás en los cielos.” Esa fue la revelación más poderosa: que el Dios eterno no es solo un Creador lejano, sino un Padre cercano. (Isaías 9:6, el Mesías es llamado “Padre eterno”, mostrando que en Yeshua se manifiesta ese mismo carácter del Eterno. Él no vino a corregir un nombre, sino a acercarnos al corazón del Dios viviente. Como Él mismo dijo: “El Padre me envió.” Yo hago lo que el Padre me enseñó.” El Padre y yo uno somos.” Y como dijo también: “Nadie viene al Padre sino por mí.” Su propósito fue reconciliarnos con el Padre, no entregarnos una fórmula mística. Nos dio acceso, relación, y vida eterna en comunión con el Dios que antes era inaccesible. Por tanto, el verdadero nombre que debemos conocer no es una pronunciación exacta, sino una relación viva: Padre. Yeshua vino a revelarlo. Él es quien nos abrió el camino. Dios sigue siendo el mismo Eterno, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, pero ahora podemos acercarnos a Él con confianza, llamándolo Padre, porque el Hijo nos lo ha dado a conocer."
El significado y la importancia del nombre Yeshúa
El nombre Yeshúa, que es la forma original del nombre que se traduce comúnmente como "Jesús", significa "El Eterno salva" o "Salvación del Eterno". Esta misma raíz se encuentra en el nombre "Josué" (Yehoshúa), lo que muestra que ambos nombres comparten el mismo significado profundo: la salvación proviene del Eterno.
Cuando Moisés cambió el nombre de Oseas (Hoshea) a Josué (Yehoshúa), lo hizo para reflejar su misión y el papel que tendría en la historia del pueblo de Israel. Josué, cuyo nombre significa "El Eterno es salvación", fue quien lideró al pueblo de Israel a la Tierra Prometida, prefigurando la obra de salvación que Yeshúa (el Mesías) realizaría para toda la humanidad.
Por otro lado, el nombre "Jesús" no conserva ese significado en su transliteración al griego y posteriormente al latín, perdiendo la conexión directa con "El Eterno salva". Esta es una de las razones por las que preferimos usar "Yeshúa", para mantener el sentido original y recordar que su misión y su identidad están ligadas a la salvación que proviene del Eterno.
Así, al referirnos a él como Yeshúa, no solo honramos su verdadero nombre, sino que también resaltamos su papel como el Salvador enviado por el Eterno, tal como fue reconocido por sus discípulos y seguidores desde el principio.
Atrocidades cometidas en el nombre de Jesus
"A lo largo de la historia, se han cometido numerosas atrocidades en el nombre de Jesucristo, lo cual es un tema profundamente doloroso y contradictorio, dado que los principios fundamentales de la enseñanza de Jesús en los Evangelios están basados en el amor, la paz y el perdón. Es importante destacar que estas acciones fueron llevadas a cabo por personas o instituciones que, en muchos casos, tergiversaron o malinterpretaron los mensajes del Nuevo Testamento para justificar sus propios intereses o agendas políticas. A continuación, algunos ejemplos clave:"
Las Cruzadas 1096-1291
"Las cruzadas fueron una serie de campañas militares impulsadas por la Iglesia Católica entre 1096 y 1291, con el objetivo declarado de recuperar Jerusalén y otros lugares sagrados que estaban bajo control musulmán. Las cruzadas se justificaron como una guerra santa para defender la cristiandad y liberar a los peregrinos cristianos que deseaban visitar los lugares santos. Sin embargo, estas campañas estuvieron marcadas por una gran violencia, saqueos y masacres contra no solo musulmanes, sino también judíos y los seguidores de Yeshúa que vivían en Oriente Medio y no seguían las normas impuestas por la Iglesia Católica.."
"El resultado de las cruzadas fue complejo. Aunque lograron establecer algunos estados cruzados en Oriente Medio, la mayoría de estos territorios fueron eventualmente reconquistados por fuerzas musulmanas. Además, las cruzadas dejaron un legado de desconfianza y hostilidad entre cristianos y musulmanes, así como un impacto duradero en la historia de Europa y el Medio Oriente. Incluir esta información en la página ayudará a contextualizar por qué prefiero el nombre "Yeshúa" y destacar las diferencias entre el verdadero mensaje de paz y amor que Yeshúa enseñó y los actos violentos cometidos en el nombre de "Jesús" a lo largo de la historia."
La Inquisición siglos XII-XIX
"La Inquisición fue una institución creada por la Iglesia Católica en el siglo XII, con el objetivo de perseguir y castigar la herejía y cualquier desviación de la doctrina oficial de la Iglesia. Aunque existió en varios países, la Inquisición Española, establecida en 1478, fue especialmente notoria por su severidad y alcance. La Inquisición Española fue responsable de innumerables juicios injustos, torturas y ejecuciones, dirigidas no solo contra judíos y musulmanes, sino también contra seguidores de Yeshúa que no se ajustaban a las doctrinas oficiales de la Iglesia Católica. Esta institución dejó un profundo legado de miedo y sufrimiento, distorsionando el verdadero mensaje de amor y paz que Yeshúa enseñó."
Colonización y Conquista
"Durante la era de la colonización, desde el siglo XV en adelante, varias potencias europeas, como España, Portugal, Francia e Inglaterra, emprendieron extensas campañas de conquista y colonización en América, África y otras regiones del mundo. En muchos casos, estas acciones se llevaron a cabo bajo el pretexto de difundir el cristianismo y civilizar a las poblaciones locales."
"España: En América, la conquista española estuvo marcada por la imposición del catolicismo, la destrucción de culturas indígenas y la explotación de los pueblos nativos. La evangelización fue utilizada como una herramienta de control, y muchas veces se cometieron abusos y atrocidades en nombre de la fe."
"Portugal: En África y Brasil, Portugal también llevó a cabo una intensa colonización, propagando el catolicismo y participando activamente en el comercio de esclavos africanos, justificando estas acciones como parte de su misión religiosa."
"Francia e Inglaterra: Estos países también participaron en la colonización de África, América y Asia, imponiendo el cristianismo y explotando a las poblaciones locales. Aunque Inglaterra adoptó el protestantismo, también utilizó la religión como justificación para la colonización y la esclavitud."
El Papel de la Iglesia Católica
"La Iglesia Católica jugó un papel central en la colonización, apoyando y legitimando las acciones de las potencias coloniales. Mediante bulas papales, como la Inter Caetera de 1493, la Iglesia concedió a España y Portugal el derecho a conquistar tierras y pueblos no cristianos, justificando la evangelización y la dominación de los pueblos indígenas. Las órdenes religiosas, como los franciscanos, dominicos y jesuitas, tuvieron un rol activo en la conversión forzada de las poblaciones locales, la destrucción de sus creencias tradicionales y la imposición de la cultura europea. Esta colaboración entre la Iglesia y los estados coloniales contribuyó a la justificación de la opresión y la explotación de millones de personas en nombre de la fe."
En todos estos casos, la religión fue usada como un instrumento de poder y control, resultando en la opresión, explotación y esclavización de millones de personas.
Guerra de los Treinta Años 1618-1648
"La Guerra de los Treinta Años (1618-1648) fue un conflicto que devastó Europa Central, especialmente el Sacro Imperio Romano Germánico. Este conflicto tuvo raíces tanto religiosas como políticas, enfrentando principalmente a católicos y protestantes. La guerra comenzó como un conflicto religioso entre los estados católicos del Sacro Imperio y los principados protestantes, pero con el tiempo se convirtió en un conflicto político más amplio, involucrando a varias potencias europeas como Francia, Suecia y España. El conflicto causó enormes destrucciones, pérdida de vidas y devastación económica en gran parte de Europa Central. La Paz de Westfalia en 1648 puso fin a la guerra, redefiniendo las fronteras y estableciendo principios importantes sobre la soberanía de los estados y la tolerancia religiosa."
"Se estima que la Guerra de los Treinta Años causó la muerte de aproximadamente 8 millones de personas, incluyendo soldados y civiles. La devastación fue particularmente severa en los territorios del Sacro Imperio Romano Germánico, donde muchas regiones perdieron una gran parte de su población debido a los combates, el hambre y las enfermedades. Fue uno de los conflictos más destructivos en la historia europea antes de las guerras mundiales del siglo XX."
El Antisemitismo Cristiano a Través de la Historia:
"El Antisemitismo Cristiano a Través de la Historia: De los Primeros Siglos al Holocausto Desde los primeros siglos después de la muerte y resurrección de Yeshua (Jesús) el Mesías, el cristianismo empezó a distanciarse de sus raíces hebreas. Esta desconexión no solo alteró la comprensión original del Evangelio, sino que también dio lugar a una serie de actitudes y acciones contra el pueblo judío que han dejado una marca dolorosa en la historia de la humanidad. Los Primeros Siglos: Padres de la Iglesia y el Inicio del Rechazo. En el siglo II, algunos de los llamados Padres de la Iglesia comenzaron a escribir en contra de los judíos. Justino Mártir (100-165 d.C.) enseñó que la Iglesia había reemplazado a Israel como el pueblo escogido de Dios. Ireneo de Lyon y Tertuliano también promovieron ideas similares, conocidas como "teología del reemplazo". Esta doctrina afirmaba que Dios había rechazado a los judíos por no aceptar a Yeshua y que ahora la Iglesia era la nueva Israel. Juan Crisóstomo (349-407 d.C.), arzobispo de Constantinopla, escribió ocho homilías extremadamente agresivas contra los judíos, llamándolos "asesinos de Cristo". Sus discursos inflamaron el odio y contribuyeron a la violencia contra las comunidades judías en el Imperio Romano. Edad Media: Guetos, Expulsiones y la Inquisición. Durante la Edad Media, la situación se volvió aún más oscura. En muchos lugares de Europa, los judíos fueron obligados a vivir en guetos, se les prohibió ocupar ciertos oficios y fueron blanco de acusaciones falsas, como la de profanar hostias o practicar rituales oscuros. Las Cruzadas (siglos XI al XIII) marcaron un punto crítico. Mientras los cruzados marchaban hacia Tierra Santa, muchos masacraron comunidades judías enteras en el camino, especialmente en Alemania y Francia, creyendo que estaban limpiando la cristiandad de "enemigos de Dios". La Inquisición, especialmente en España, forzó a miles de judíos a convertirse al cristianismo bajo amenaza de muerte. Aquellos que se convertían, los "conversos", eran vigilados y a menudo torturados si se sospechaba que seguían practicando el judaísmo en secreto. En 1492, bajo los Reyes Católicos, se decretó la expulsión de todos los judíos de España. Muchos huyeron, otros se convirtieron por presión, y otros más fueron perseguidos por la Inquisición. La Reforma: Lutero y el Antijudaísmo Protestante Aunque al inicio Martín Lutero esperaba que los judíos aceptaran su versión reformada del cristianismo, al ver que no lo hacían, escribió en 1543 un tratado titulado "Sobre los judíos y sus mentiras", donde pedía quemar sus sinagogas, destruir sus libros y expulsarlos de los territorios alemanes. Estos escritos influyeron profundamente en el antisemitismo alemán y fueron citados siglos después por líderes nazis. Antisemitismo Moderno y el Holocausto** Durante el siglo XIX y XX, el antisemitismo se volvió más racial que religioso. Sin embargo, las bases teológicas y culturales ya estaban establecidas por siglos de rechazo cristiano. Adolf Hitler y los nazis usaron tanto el racismo moderno como los argumentos religiosos tradicionales para justificar el Holocausto, donde seis millones de judíos fueron asesinados. Un Cambio de Corazón: El Regreso a las Raíces Hebreas** A partir del siglo XX, muchos cristianos comenzaron a reconocer estos errores históricos. Líderes católicos como el Papa Juan Pablo II y movimientos evangélicos y mesiánicos han pedido perdón públicamente al pueblo judío. Hoy día, muchos creyentes están volviendo a estudiar la Biblia desde su contexto hebreo, reconociendo que el Evangelio está profundamente enraizado en el Tanaj (Antiguo Testamento), y que el llamado del Mesías es a unir, no a dividir. El movimiento de creyentes en Yeshua que honran las raíces judías está creciendo, trayendo reconciliación entre las dos casas: Judá y Efraín. Conclusión. El antisemitismo cristiano no fue simplemente un error histórico; fue una traición al mismo corazón del mensaje de Yeshua. Pero la historia aún se está escribiendo. Hoy, hay una oportunidad para sanar, restaurar y caminar en unidad, como un solo pueblo bajo el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, guiados por el Mesías de Israel."
Martín Lutero y el Antisemitismo
"Martín Lutero y el Antisemitismo: Las Palabras que Encendieron el Odio. Martín Lutero es conocido como el gran reformador del siglo XVI, el hombre que desafió a Roma y dio origen al protestantismo. Sin embargo, hay un lado oscuro de su legado que muchos desconocen o prefieren ignorar: su virulento antisemitismo. En el año 1543, Lutero escribió un tratado titulado Sobre los judíos y sus mentiras. Lo que comenzó como una decepción por la negativa de los judíos a aceptar su versión del Evangelio, terminó en un texto lleno de odio, que siglos más tarde serviría como base ideológica para el antisemitismo alemán moderno. En ese tratado, Lutero escribió lo siguiente. Sus sinagogas o escuelas deben ser quemadas. Sus casas destruidas y arrasadas. Sus libros de oración y el Talmud deben ser quitados. Se les debe prohibir enseñar bajo pena de muerte. Debemos guiarlos como cerdos rabiosos. Lutero no solo expresó desprecio por los judíos como grupo religioso, sino que también propuso medidas políticas para marginarlos, privarlos de derechos y expulsarlos. Estas ideas, aunque no se aplicaron inmediatamente en su tiempo, quedaron sembradas en la cultura alemana** y en la teología de muchas iglesias luteranas. Durante el siglo XX, cuando Adolf Hitler y el partido nazi buscaban apoyo cultural y religioso para su ideología antisemita, citaban directamente a Lutero. Su obra fue reimpresa y difundida por los nazis como respaldo moral para justificar la exclusión, deportación y finalmente el exterminio de seis millones de judíos durante el Holocausto. La influencia de Lutero fue tan profunda que incluso en Wittenberg —la ciudad donde predicaba—, había una escultura en una iglesia que mostraba a judíos en actitud de burla, debajo de una cerda (la “Judensau”). Esa imagen estuvo ahí por siglos como reflejo del desprecio religioso heredado. Es importante aclarar: el problema no fue el Evangelio , sino la deformación del mensaje por parte de líderes que no actuaron conforme al espíritu del Mesías. Yeshua enseñó amor al prójimo, incluso a los enemigos. Él mismo dijo desde la cruz: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Hoy, muchas iglesias luteranas han reconocido públicamente este pasado oscuro y han pedido perdón por las palabras de Lutero y por su silencio durante el Holocausto. Es un paso hacia la sanidad, pero también un llamado a la vigilancia espiritual. No podemos permitir que el nombre del Mesías judío sea usado jamás para justificar odio contra su propio pueblo. La restauración viene cuando reconocemos la verdad, nos arrepentimos y volvemos a las raíces puras del Evangelio: amar a Dios y amar al prójimo, como vivió Yeshua."
Reflexión y Contexto Bíblico
"Es fundamental recordar que las enseñanzas de Yeshua en los Evangelios promueven el amor hacia los enemigos (Mateo 5:44), la no violencia (Mateo 26:52) y la compasión por los demás (Mateo 25:35-40). Yeshua mismo se opuso a cualquier uso de la violencia en su nombre, como se ve en el episodio cuando Pedro intenta defender a Jesús con una espada, y Jesús le dice: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán (Mateo 26:52).Muchas de las atrocidades cometidas en el nombre de Cristo a lo largo de la historia no reflejan los valores y principios que Jesús enseñó. Más bien, fueron actos de hombres que, en lugar de seguir el ejemplo de Cristo, utilizaron la religión para justificar la opresión, el poder y la violencia."
Conclusión
"Es esencial diferenciar entre las enseñanzas de Yeshua y los actos de aquellos que han usado su nombre de manera incorrecta para justificar atrocidades. Yeshua el Mesias predicó el amor, el perdón y la reconciliación, y cualquier acto que contradiga estos principios no puede considerarse fiel a sus enseñanzas. La historia, aunque dolorosa, nos brinda la oportunidad de aprender, reflexionar y buscar una forma de vivir más fiel a los ideales de paz y amor que Yeshua nos dejó en el los Evangelio."
"En este sitio, buscamos reconectar con el verdadero mensaje del Mesías. Al usar el nombre Yeshua, recordamos su herencia judía y su misión original como el Salvador de la humanidad, enviado a cumplir las profecías y a traer la salvación."